"... Después del primer partido, nadie daba un euro por ellos. Parecían la imagen misma de su país, el nuestro, de nuestra economía, de nuestra deuda pública, de nuestra contradictoria y atormentada identidad. Iban de ganadores, y perdieron. A partir de aquel momento, les tocaba perder, pero ganaron, y ganaron, y ganaron, y volvieron a ganar, y tan bajos como son, como somos, empezaron a colarle goles por la escuadra a porteros de dos metros.
Primero fue la incredulidad. Después, y eso es lo emocionante, ha sido la sonrisa. Durante unas semanas, hemos vuelto a sonreír. Hace muchos años que no estábamos peor, pero hace muchos años que no estábamos mejor, y el fútbol no arregla nada, no resuelve los problemas, no despeja el negro horizonte del porvenir que nos espera, pero le ha devuelto la alegría a este país. La alegría ni se fabrica ni se negocia, y es tan cara que no puede comprarse con dinero. Por eso es preciso disfrutarla, paladearla lentamente, dejar que la boca se impregne con su efímera y omnipotente dulzura. Gracias, Roja. Porque hoy somos ricos, porque hoy somos poderosos, porque hoy somos los mejores, sin dejar de ser tan bajos como nosotros mismos. Gracias por la alegría."
1 comentario:
Agradecimientos a Gema Manguán y Angel Fuentes por el envío de las fotos.
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